Malcom: ¿Condenado? -
Es parte de la nueva generación brasileña que intenta triunfar en Europa, miembros de las selecciones Sub 20 del gigante sudamericano entre el 2015 y 2017. Junto a Richarlison (Everton), David Neres (Ajax) y su compañero de equipo, Arthur, Malcom Filipe da Silva de Oliveira, fichado este verano por Abidal para la entidad azulgrana, se encuentra ahora mismo en una zona nada deseada por un futbolista que va en pleno crecimiento, sobre todo tras su última campaña en el Girondins de la Ligue 1.
Extremo derecho, llegó a Can Barça con el objetivo de apretar y hacer que Dembélé se pusiera las pilas, pues ambos comparten características de juego similares e incluso la edad, siendo además una interesante alternativa para las temerosas rotaciones, ya la titularidad es punto y aparte. Valverde lo probó en la gira por Estados Unidos, en la que parece que él vio algo que el resto no, sus escasos 25 minutos ligueros; lesión a un lado, demuestran que el txingurri no se sentó con la secretaría técnica para planificar el desembarco de Malcom al Camp Nou.
Sabemos que cada entrenador tiene sus caprichos, Ernesto confirma la regla y se vislumbra con sus convocatorias que el 14 no entra en su esquema; al menos hasta que aparezca la Copa. No importó su buen gol ante Boca en el Gamper, jugando por la izquierda, posición en la que menos debería rendir a priori, así como tampoco su intención de buscar casi siempre el mano a mano ante su marcador en ese duelo, aspecto del cual el Barcelona no está sobrado hoy día. El poco tiempo contra el Valladolid, partido enredado desde el inicio y desatascado con la diana de Ousmane, pudo ser el comienzo de una relación idílica o de ir por el camino del olvido. Un balón largo a espaldas de una defensa adelantada; los locales buscaban la igualada en el epílogo del encuentro, puso al brasileño con una opción inmejorable de gol, que hubiera dado la tranquilidad en esos últimos minutos, pero su remate flojo y centrado condicionó a que fuera el VAR quien finalmente diera los tres puntos al Barça tras el aparente empate del Valladolid.
Luego, su tobillo se torció, impidiéndole mostrarle a Valverde en las dos semanas de entrenamientos por el parón FIFA todo el talento que se le atribuye, dejándole un complejo camino, aparecer en la debacle de Butarque. Entró al verde junto a Jordi Alba en busca de la remontada y de contribuir a salvar un partido malo desde todas las aristas para los culés desde el pitazo inicial, quedando en poca su aportación durante los 19 minutos en cancha. La desesperación blaugrana hacía imantar los botines de Messi, todos lo buscaban y Malcom, al no levantar la mano, no se le dio la esférica para que hablara como se le exige a un futbolista azulgrana en el rectángulo. Borrado de la lista ante Athletic y Tottenham, el atacante sudamericano se encomienda a Dios; según su frase en las redes sociales, para salir de la oscuridad en la que ahora mismo se encuentra, injusta hasta cierto punto, pero donde manda capitán, no manda soldado.
La solución no creo que sea excluirle en exceso, los 41 millones de su coste piden amortización; principalmente en el césped. Sin abocarnos a las odiadas comparaciones, algo en lo que este redactor prefiere no caer, si jugadores como André Gomes, Mathieu, Alcacer u otros, criticados hasta la saciedad, recibieron las mil y una oportunidades, el caso de Malcom siento que lo amerita. Más allá de los 12 goles y 7 asistencias con el Bordeaux el pasado curso en el certamen francés y el que Monchi; descubridor como pocos, pusiese sus ojos en él, teniéndole prácticamente atado hasta que apareció el Barcelona, da a entender que la calidad acompaña al 14. El tiempo dictará conclusiones, siempre y cuando sea balón al pie.
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