Tinta Culé | Los juveniles toman Europa -
“Somos el Barça, por eso salimos como favoritos para ganar este torneo”, decía en cada conferencia de prensa Francisco García Pimienta antes de cada partido de la UEFA Youth League. Dicho y hecho. Tanto se lo creía su entrenador que se lo transmitió a otra nueva camada de jugadores que pretenden mirar más cerca que anteriores talentos el Camp Nou. En la Final Four celebrada en Nyon, Suiza, los catalanes confirmaron con el título (0-3 ante el Chelsea), que no hubo equipo más sólido que ellos.
Después de dejar en el camino 4-5; no sin antes sufrir, al Manchester City, jugando con un hombre de más, pero sobrados de confianza en una segunda mitad en la que iban 2-5 por delante y a menos de cinco minutos del final se vieron ahogados por el pundonor de los ingleses, se plantaban en la discusión del título frente al conjunto más goleador del certamen, el Chelsea con 28, que derrotó por penales 5-4 al Porto tras igualada a 2 dianas en el tiempo reglamentario.
El duelo mostró durante casi los 90 minutos las filosofías de ambas plantillas, físico del lado Blue, manejo de los tiempos para los azulgranas. Mientras los londinenses no remataban a la cabaña defendida por Iñaki Peña durante la primera mitad, luego de intentos fallidos blaugranas como dos del lateral Juan Miranda y uno de Carles Pérez Alejandro Marqués y Abel Ruiz, menos inquietantes de lo que ellos hubiesen deseado, llegaría la ventaja, haciendo justicia en el verde suizo. Abel se combinó con el menudo pero inteligente centrocampista Riqui Puig, quien le devolvió una pared, metiéndose Ruiz dentro del área en busca de la línea final y después de dejar en el camino al defensor Sterling, centró para que el venezolano Marqués, en plancha y con la cabeza pusiera el 0-1 en la pizarra al minuto 33, desatando la locura culé. Al descanso con ventaja, quizás poca por lo visto en la cancha, pero suficiente para abrir el camino hacia la gloria europea.
La idea era finiquitar cuanto antes el excelente trabajo de un conjunto, que salvo ante el City, sólo había recibido gol en un partido, ante el Sporting, 1-1, finalizando la fase de grupos. Presionar al rival era una idea factible, dada la diferencia del manejo de la esférica entre los dos onces, por lo tanto, a la vuelta de vestuarios, se cumplió la orden. Alejandro, protagonista del encuentro, incomodó tanto a Grant, que le ganó la redonda y mano a mano ante Cummings no perdonó. En el luminoso se reflejaba el 0-2, el trofeo se iba tiñendo de azulgrana a falta aun de 40 minutos para el pitazo final.
600 segundos después del duro golpe sobre la moral inglesa, Hudson Odoi estuvo muy cerca de penalizar una falta de Orellana en la frontal, pero los postes también juegan, salvándose Peña y el Barcelona de media hora con ventaja mínima. Ruiz pudo sentenciar a 15 para la celebración definitiva, pero entrando solo al área no pudo rematar, perdonando y quedándose hasta entonces sin poder abrir su cuenta goleadora en la Youth League. Un minuto después St Clair, de los mejores jugadores Blues en el evento, que no había aparecido en todo el partido, logró encontrar el espacio para chutar, aunque su disparo se fue al lateral de la red. El reloj no se detenía y conspiraba en contra del Chelsea, a la par de ser el mejor aliado blaugrana.
A diez para el final, García Pimienta sacó del campo al héroe del casi amarrado cetro culé, haciendo entrar a Guillén Jaime, zaguero que representaba la total intención de defender el resultado. Entre el desespero en busca de la épica y la frustración de ver alejarse el tricampeonato, otra vez se interpuso la madera. Al 84, Brown, quien había entrado por el holandés Redan, estrelló la redonda en el larguero, solo y de testa. Las que no entraron para los ingleses, las recogió el Barça. En el segundo minuto de los cuatro del descuento, el valenciano Ruiz, como el 9 de futuro que es, se sacudió antes de cruzarla para rematar con el 0-3 y detonar el festejo catalán con total merecimiento.
Si se decía que el Chelsea siempre que jugaba la Champions Juvenil la terminaba ganando, desde ahora se acuñará; hasta que se demuestre lo contrario, que el Barcelona siempre que llega al partido por la corona, lo gana y de la misma forma, 3-0. Este es un título que pone una leña más a favor de esos que en el debate, defienden la postura de apostar por la cantera y menos por la cartera. Cuatro generaciones después de aquella en la que Munir y Adama apuntaban a Can Barça luego de triunfar en la misma competición, los Ruiz, Collado, Puig, Miranda, Morey, Marqués y Pérez, hacen creer incluso, que el filial no debe tener como objetivo principal la permanencia en La Liga 123 con fichajes de edades inadecuadas para buscar crecimiento a mediano y largo plazo, sino que mirar a donde siempre, La Masia, representa una máxima imposible de borrar, tanto como el famoso ADN culé.
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