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Efectos del Entrenamiento en Intervalos de Alta Intensidad con Técnicas Específicas sobre la Capacidad de Salto y la Velocidad de Cambio de Dirección en Atletas de Karate: Un análisis interindividual Alex Ojeda-Aravena1,2*, Tomás Herrera-Valenzuela3, Pablo Valdés-Badilla4,5, Eduardo Báez-San Martín5,6, Jorge Cancino-López7, Jairo Azócar Gallardo1,2, José Zapata-Bastías5 y José Manuel García-García2
Este estudio investigó el efecto de 4 semanas de entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) con técnicas específicas y analizó la variabilidad interindividual [clasificada en respondedores (Rs) y no respondedores (NRs)] sobre la capacidad de salto y la velocidad de cambio de dirección (CODS) en atletas juveniles de karate. Atletas de ambos sexos (n=10) fueron asignados aleatoriamente al grupo experimental (EG; n=5) y al grupo control (CG; n=5). El GE entrenó 2-3 días por semana aplicando HIIT (tres rondas [15 series de 4s de esfuerzos específicos con 8s de pausas dinámicas] con 3min de recuperación entre rondas) durante su entrenamiento habitual durante 4 semanas. Las evaluaciones incluyeron salto en cuclillas (SJ) y salto con contramovimiento (CMJ) y CODS mediante la prueba T. No se encontró un efecto de interacción significativo entre el grupo y el tiempo. Aunque, en términos porcentuales y de tamaño del efecto (ES) se registraron aumentos en ambos grupos para el SJ (EG: 15,2%, ES=0,91 vs. CG: 12,4%, ES=0,02) y sólo en EG para el T-test (-1,7%; ES=-0,35). A su vez, se observó una tendencia hacia una mayor proporción de Rs en el GE (40% Rs) frente al GC (20% Rs) para SJ y CODS, respectivamente. En conclusión, la adición al entrenamiento regular de un HIIT con técnicas específicas y basado en la estructura temporal de combate después de 4 semanas no fue un estímulo suficiente para aumentar la capacidad de salto y el CODS en atletas de karate.
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El fútbol base no es fútbol de élite. Los jugadores que aparecen en televisión compitiendo en las mejores ligas del mundo tienen una formación específica. Los futbolistas en edad de formación necesitan otro entrenamiento. Otra preparación física. Otra intensidad..
No basta con reproducir lo que se aprende en los cursos de entrenador de élite. Hay que adaptar las sesiones a la edad de los jugadores. Por eso, te explicamos cómo debe ser la preparación física en el fútbol base. Qué debes saber. Cómo debes trabajarla. Cómo gestionar las sesiones de entrenamiento.
Los jugadores de fútbol base deben enamorarse de este deporte. Se encuentran en una etapa de formación. Pueden amar u odiar el fútbol en función de cómo se entrenen. Por eso, los entrenadores deben ocuparse de las sesiones. El futuro del niño o la niña en el fútbol depende de lo bien que se trabajen sus cualidades.
Para ello, hay que conocer las características de los futbolistas de base. Porque no son las de un futbolista de élite. Ni siquiera las de los aficionados. Nunca se pueden utilizar herramientas como mancuernas, escaleras, sprints largos, etc. Adaptar las sesiones es entrenar a las personas del futuro.
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Los especialistas de este campo -Bompa (2002); Dragnea & Teodorescu-Mate (2002); Platonov (2015); Salgau (2005)- afirman que es una necesidad biológica alcanzar la sobrecompensación después de realizar varias sesiones de entrenamiento, porque los procesos de adaptación corporal son superiores a los del entrenamiento anterior. Durante el período preparatorio, el síndrome de fatiga crónica es causado por sucesivos microciclos de sobrecarga, con períodos de recuperación insuficientes que influyen en tres grandes áreas: el sistema neuromuscular, el sistema metabólico y el sistema neuroendocrino. La práctica del entrenamiento deportivo moderno pone de manifiesto que la optimización de los resultados deportivos conseguidos por los deportistas adaptados a esfuerzos intensos viene determinada por el método de entrenamiento basado en la relación esfuerzo-fatiga-estrés; este método es la base del entrenamiento.
La relación entre recuperación y fatiga y su impacto en el rendimiento ha atraído el interés de la ciencia del deporte durante muchos años. Un equilibrio adecuado entre el estrés (carga de entrenamiento y competición, otras demandas vitales) y la recuperación es esencial para que los deportistas alcancen un rendimiento continuo de alto nivel (Kellmann & Beckmann, 2018; Kellmann et al., 2018).
