Real Betis 0-1 Atlético -
En El Postpartido del Tintero te llevamos cada jornada un reflejo de las sensaciones que nos recorren la loca cabeza verdiblanca después de cada encuentro del Real Betis Balompié. Compartiremos con vosotros desde el prisma que hemos visto el partido e intentaremos sacar conclusiones de cada uno de ellos. Todo con nuestra tinta verde sobre papel blanco. Porque para un bético el partido termina cuando comienza el siguiente.
En la actual situación del Real Betis, el Atlético no era el mejor equipo para recibir, si es que hay un equipo aconsejable, tanto por los defectos propios mostrados en los últimos encuentros como por las virtudes del equipo colchonero. Aspectos como la intensidad, la interpretación en la presión y el repliegue se antojaban propicios para el conjunto rojiblanco.
Ante esto, una mejor versión del Betis volvió, en garra y en acierto en el juego, acompañado de una decisión táctica de Setién para agilizar la salida de balón, dar más verticalidad y ubicar en una posición ventajosa a Boudebouz. La inclusión de Fabián por el sector derecho en el comienzo de la jugada aportó la fluidez de circulación ausente últimamente. El cuadro bético saltó al césped con todos los jugones disponibles.
Sin embargo, el guión maldito del partido se cumplió. El Betis gozó de posesión, metió a su rival atrás, pero la alta posesión fue estéril ante el entramado defensivo atlético, la contundencia (o violencia) permitida por los árbitros habitualmente a este equipo y el enorme nivel de su cancerbero. A esta batidora le unimos el ingrediente de la eficacia en sus pocas contras y nos da como resultado una derrota verdiblanca que deja con sabor amargo al aficionado después de comprobar como su equipo puede y sabe.
Las sensaciones del Postpartido.
- Renovación. El rol de Fabián en el partido es una vuelta de tuerca más a la forma de jugar bética. El estilo es moldeable y adaptable a las necesidades y a las características del equipo, y el entrenador sabe identificarlas. Ahora toca sacar rendimiento a Durmisi.
- Lesiones. Un familiar de un buen amigo mío siempre decía que “sólo se lesionan los buenos”, en eso pensé tras la lesión de Guardado. Un enorme hándicap unido a la de García o Sanabria.
Los dos partidos antes del cierre anual del 2017 deben ser propicios para sumar lo máximo y encarar la vuelta de Rubén Castro, tan necesaria como motivadora y el próximo derbi, con la ilusión y la confianza propias del inicio liguero.
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