Pinchazo y liderato en riesgo -
No tardaron en llegar las malas noticias para Setién, jugadores, directivos y aficionados luego de dos victorias frente a elencos de la parte baja de la tabla. En el primero de una seguidilla de seis encuentros con ribetes de complejidad, los azulgranas se dejaron par de puntos en el Pizjuán, ante un Sevilla superado en los 45 minutos iniciales, pero que supo igualar la batalla en el complementario.
Quique se decantó por Braithwite para completar el tridente, aunque tras lo visto, su presencia fue más para cerrarle la banda derecha a la letal combinación de Navas y Ocampos. Ahí, el danés impuso su físico, pero poco aporta distanciado del área, lugar donde se suele ver su mejor versión. Con la experiencia en la medular, el ex DT del Betis vio como los suyos ganaban el duelo, ahogaban la salida de los locales, lo que no significó ventaja en la pizarra, pues tanto empuje no representaba ataques finalizados. El portero checo de los andaluces observaba su área cercada, pero sin tener que convertir a sus guantes en protagonistas.
Messi, en su rol de creador, arranca ahora desde el centro del campo, esta vez en fase ofensiva detrás de los futbolistas más adelantados, tiene que recorrer más metros para colocarse en zona de definición, lo que le obliga a un mayor desgaste, que se hace palpable en el tramo final de los partidos. Con Luisito lejos de su forma habitual y Leo retrasado, el gol culé pierde peso en los encuentros, por lo que se hace evidente con pocas dudas, que Griezmann se encuentra perdido en el rectángulo.
Los críticos de su fichajes tomarán la palabra y quizás sean excesivos en sus análisis, pero al mismo tiempo no les faltará razón, máxime si en 15 minutos sus pases fueron errados, amén de negarse otra vez a encarar cuando en una contra recibió en banda izquierda y decidió frenar para resetear con largo toque hacia el sector medio. Al parecer no bastó o, no tomó como llamado de atención su suplencia, veremos ante el Athletic lo que decide Setién con el francés.
Precisamente Setién, queda como otro de los señalados luego del choque en Sevilla, pues fue timorata su manera de encarar la recta final al dejar en el banquillo al joven Fati, pieza que pudo darle profundidad y descaro al ataque blaugrana. Su último cambio fue el talentoso centrocampista Riqui Puig, movimiento que hubiese sido entendible si el Barcelona mandase en el marcador, ya que el canterano refrescaba la medular, pero si la urgencia era buscar los tres puntos, la alternativa debió ser otra. Hay momentos en los que atreverse es clave y, ya fuese con Ansu o el ecuatoriano Saverio, la juventud impetuosa suele imponerse. Ahora, la cima está en manos merengues.
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